Amigo/a, 😄 ¡Mil gracias!
¡Me encanta la palabra “gracias”! Es una de las palabras más hermosas de nuestro vocabulario.
Como podrás adivinar, en español está conectada con la palabra “gracia”, por lo que guarda una relación con conceptos tan hermosos como lo son la hermosura, el favor, el perdón, la afabilidad, la habilidad, e incluso la diversión. ¡Sí, la gratitud está envuelta de todas estas características!
¿Puedes imaginarte lo precioso que sería vivir en una actitud de gratitud constante?
Creo que todos tenemos momentos en nuestro día a día en los que nos dejamos llevar por el estrés, por la preocupación y por los problemas.
En esos momentos, la queja, el mal humor, la negatividad… quieren adueñarse de nosotros, pero, ¿cómo sería si pusiésemos todo eso a un lado, y escogiésemos en su lugar ser agradecidos?
Sí, ya lo sé, no es fácil… ¡dímelo a mí! =) Sé que cuesta a veces romper la inercia de la vida. Sin embargo, ¡es tan precioso cuando lo conseguimos! En esos momentos nos damos cuenta del amor de Dios y de lo que está haciendo en nuestras vidas, y eso nos lleva a ser más agradecidos!
Esto es a lo que nos invita la Biblia: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18).
¡Sí, Amigo/a, Dios quiere que des gracias en todo! En cada circunstancia: ya sea que hayas perdido el bus, que se te haya roto la lavadora, o que tu bebé haya hecho “sus cositas” en el momento menos esperado (true story =). ¡Fíjate en lo bueno de esa situación, y dale gracias a Dios!
Aun en los momentos más difíciles, puedes escoger desterrar de ti la amargura, la queja y el dolor… ¡y darle gracias a Dios por fe! Estoy seguro de que tienes mil motivos por los que darle gracias.
La gratitud, además, abre las puertas a milagros impresionantes. Mañana hablaremos más de ello.
Dios te ama, y está siempre a tu lado.