Amigo/a, ¿me oyes bien? ☎️
¿Alguna vez, cuando eras pequeño, has creado teléfonos con yogures?
Recuerdo aquel día en clase en el que la profesora nos enseñó a hacerlos. Todos traíamos nuestros dos vasitos de plástico o recipientes vacíos de yogurt, 2 palillos y un trozo de cuerda. Con la ayuda de la profesora hicimos un agujero en los vasitos, introdujimos un extremo de la cuerda en cada uno, e hicimos un nudo con los palillos atravesados, para que la cuerda no se saliese.
¡Era el momento de probar nuestro experimento! Por parejas, nos pusimos de manera que la cuerda estuviese bien estirada, y empezamos a hablar y a escuchar lo que el otro decía. ¡Funcionaba! Para mí era tan sorprendente hablar y recibir respuestas a través de un vasito de yogurt =) A pesar de estar lejos, era como si mi compañero estuviese justo a mi lado, susurrándome cosas al oído.
El rey David sigue diciendo en su Salmo: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” (Salmo 34:4). Fíjate en lo que dice:
- Busqué a Dios. Cosas ocurren cuando buscas a Dios de todo corazón
- Y Él me oyó. Él te oye cuando le buscas. ¡No te ignora!
- Y me libró. Dios actúa en tu vida como consecuencia de invitarle a obrar en tu realidad.
De todos mis temores. ¡Ni siquiera uno de esos temores puede permanecer en la Presencia de Dios!
Amigo/a, Dios te oye. Quizá piensas que tu vida de oración es tan endeble como ese teléfono hecho con vasitos de yogurt, pero la verdad es que Él está oyendo cada palabra que dices, y Él mueve Su mano de manera impresionante cuando le buscas de todo corazón.
Que en este día puedas echar todos tus miedos e inseguridades ante los pies de Jesús, y que puedas recibir Su paz y Su gozo como consecuencia de ello.