Amigo/a, 💠¡Más allá de lo que puedas imaginar!
Llegamos ya al final de esta serie, en la que hemos hablado acerca de los regalos tan increíbles que Dios nos ha hecho y nos sigue haciendo en el día a día.
Nuestro Dios es extremadamente generoso, y no hay límites de ningún tipo para Él. Él quiere bendecirte más allá de lo que puedas imaginar.
De hecho, la Biblia dice que ”el que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32)
Fíjate cómo lo expresa este pasaje: Él es el que te da TODAS las cosas... No solo te ha dado ya todas las cosas que tienes, sino que Él tiene otras muchas cosas preciosas que quiere darte.
A veces nos afanamos por intentar conseguir cosas por nosotros mismos, y no nos damos cuenta de que Dios quiere dárnoslas de una manera mucho más fácil, si somos capaces de darle prioridad en nuestra vida.
En otras ocasiones, no nos atrevemos a soñar en grande, porque nos sentimos pequeños, o estamos acostumbrados a tener una mentalidad de pobreza. Pero Dios no tiene problema en darnos esas cosas. Recuerda el pasaje que veíamos hace unos días: “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4).
A veces tenemos deseos profundos, pero sencillamente los ponemos aparte y volvemos a la “realidad”, asumiendo que son solo sueños y que están totalmente fuera de nuestro alcance. Pero si la salvación estaba totalmente fuera de nuestro alcance, y aún Dios nos salvó, ¿crees que Él no quiere darte esa casa con la que sueñas, o ese automóvil? ¿Crees que para Él es más difícil darte esa casa que la salvación?
Pero no lo vas a conseguir con una actitud excéptica, con dudas, haciendo cálculos de cuántos años tendrías que ahorrar en tus fuerzas para conseguirlo… ni con actitudes similares.
Solo cuando te deleitas en Dios de todo corazón, y decides creer en Sus promesas más que en ninguna otra cosa, es cuando abres la puerta a Su bendición de una manera increíble.
¡Amigo/a, Dios quiere bendecirte más allá de lo que puedas imaginar! Yo he decidido creer en Sus promesas y seguirle de todo corazón, y he podido experimentar esto de manera constante en mi vida. ¡Te animo a que tú también lo hagas! Sus preciosos regalos te siguen esperando.