• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • EN English
    • ES Spanish
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • IT Italian
    • MG Malagasy
    • NL Dutch
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
Fecha de publicación 19 de abr. de 2025

📅 Lo que hoy estás viviendo

Fecha de publicación 19 de abr. de 2025

Las pruebas nunca son fáciles. En medio del dolor, es normal preguntarnos: “¿Por qué me está pasando esto?” Yo mismo me he hecho esa pregunta muchas veces. Pero con el tiempo, he aprendido que Dios nunca permite el sufrimiento sin propósito. En cada prueba, Él está obrando algo más grande de lo que podemos ver.

Lo que hoy te desafía, mañana puede ser el consuelo de alguien más. Ese desierto que atravesaste, esa batalla que peleaste, esa lección que aprendiste con lágrimas, un día será la palabra de ánimo que otro necesite escuchar. Dios nos permite experimentar su consuelo para que podamos compartirlo con otros.

Pablo nos recuerda en 2da Corintios 1:6-7 (NTV)Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros estemos consolados, ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces podrán soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros.” Tenemos la plena confianza de que, al participar ustedes de nuestros sufrimientos, también tendrán parte del consuelo que Dios nos da.

En otras palabras, las pruebas que enfrentamos no solo nos transforman a nosotros, sino que pueden ser la respuesta que alguien más necesita en su momento de dificultad. Lo que aprendiste en esa situación difícil puede convertirse en un faro de esperanza para otros que atraviesan circunstancias similares.

Piensa en esto, Amigo/a: ¿Qué has aprendido en medio de tus pruebas? ¿Cómo podrías usarlo para animar a alguien más? No desperdicies el dolor, úsalo para levantar a otros. Hoy tal vez eres el que necesita consuelo, pero mañana puedes ser tú quien lo brinde.

Oremos Juntos: “Señor, ayúdame a ver mis pruebas desde tu perspectiva. Gracias por sostenerme y consolarme en medio de ellas. Quiero ser un canal de Tu amor para otros, compartiendo el mismo consuelo que he recibido de ti. Que lo que hoy vivo se convierta en esperanza para alguien más. Amén.”

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.