Amigo/a, lo primero es lo primero…
Cuando pensamos en las cosas que tenemos que hacer, al final todo se reduce a prioridades.
Soy una persona con muchas ideas, y si quisiese hacer todo lo que me viene a la mente, necesitaría que los días fuesen al menos de 30 horas para poder llegar a todo =) Sí, solo tenemos una serie de horas al día, y debemos ser sabios a la hora de saber cuáles son las tareas que son más prioritarias para nosotros. Pero, ¿cómo podemos saber cuáles son esas tareas prioritarias que tenemos que llevar a cabo?
Jesús dice en las Escrituras: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
Si tu prioridad es el trabajo, seguramente otras áreas como tu familia o tu relación con Dios se verán afectadas; si tu prioridad es la familia, cometerás seguramente errores al tomar ciertas decisiones motivadas por miedo o por egoísmo. La clave está en que Dios y Su propósito para tu vida sean tu gran prioridad. Es ahí cuando todo lo demás se pone en orden; es ahí donde recibes sabiduría del Cielo para edificar el resto de áreas de tu vida.
Desde un punto de vista práctico, te animo a que consideres este orden de prioridades a la hora de escoger las cosas que vas a hacer a lo largo del día:
- Dios
- Familia
- Trabajo / Servicio
- Relaciones
En mi caso, lo primero que hago en el día es pasar tiempo a solas buscando a Dios, y luego el tiempo con mi familia marca una gran parte de mi agenda diaria.
Amigo/a, prioriza tu tiempo y tu esfuerzo. Cuando tus prioridades están en orden, puedes esforzarte en lo que realmente importa, y obtener un buen fruto de ello.
Déjame orar por ti: “Señor, oro para que guíes a Amigo/a en las cosas que tiene que hacer este día, para que tenga sabiduría a la hora de invertir su tiempo y esfuerzo. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”
Tu vida es una prioridad para Dios