Amigo/a, ¿llevas el casco? ⛑
¡Me encantan los museos! ¿Y a ti?
Recuerdo que cuando era pequeño me gustaba mucho ir a visitar museos con mi padre. Uno que me gustaba particularmente era el Museo del Ejército. ¡Me encantaba ver las armaduras de la Edad Media! Era fascinante ver las diferentes piezas que conformaban esas armaduras relucientes, sobre todo los cascos. Me fascinaba especialmente ver las armaduras de los reyes y de los generales, lo bien hechas que estaban: cada detalle, cada elemento estaba hecho con arte y precisión. ¡Se podían diferenciar fácilmente de las armaduras de los soldados rasos!
Como cristianos, tenemos también una armadura disponible para nosotros, y no es cualquier armadura: es la mejor armadura que existe, la armadura del Espíritu.
Una parte imprescindible de ella es precisamente el casco. El apóstol Pablo habla en efecto del “yelmo de la salvación” (Efesios 6:17). De hecho, en otro pasaje da más detalles acerca de este casco, y dice que debemos vestirnos “con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Tesalonicenses 5:8).
En medio de nuestras batallas, la esperanza de la salvación es como un casco que te protege de los dardos de mentira del enemigo, ante sus golpes de espada que te quieren malherir. Esa esperanza mantiene tu mente clara, y te ayuda a seguir adelante.
Amigo/a, no importa la situación por la que estés pasando: solo empieza a pensar en el Cielo, y en Jesús. Empieza a pensar en Su salvación, y en que Su bendición está sobre tu vida. ¡Verás cómo todo cambia! La esperanza de la salvación te da victoria contra las mentiras del diablo. ¡No olvides ponerte este precioso casco hoy!
Si quieres tener más información sobre esta salvación, o si estás compartiendo este mensaje con alguien a quien le gustaría saber más, puedes hacer clic en este enlace.
¡Te llevo en mi corazón!