Fecha de publicación 5 de sep. de 2024

🔗 Libérate de este hábito

Fecha de publicación 5 de sep. de 2024

Amigo/a, lastimosamente la queja se puede volver en un hábito natural en nuestra vida cotidiana. Nos quejamos del tráfico, del clima, de nuestras responsabilidades y de las personas a nuestro alrededor. Es fácil ver lo negativo a nuestro alrededor. Esto es algo con lo que Dios ha estado trabajando en mi vida y continúa haciéndolo. ¿Te pasa lo mismo?

¿Por qué es tan importante combatir el mal hábito de la queja? 

En primer lugar, la queja refleja una actitud de descontento y falta de gratitud, afectando nuestro crecimiento espiritual y alejándonos de las promesas de Dios. Personalmente, he comprendido que cuando me quejo, no solo me estoy enfocando en lo negativo y olvidando las bendiciones que Dios me ha dado, sino que también estoy diciendo implícitamente que lo que Él ha hecho y sigue haciendo por mí no es suficiente.

Pablo nos exhorta en Filipenses 2:14 (NTV): “Hagan todo sin quejarse y sin discutir…”

Por eso ¡es momento de dejar atrás la queja! Como hemos hablado, la queja es un peso que no solo frena tu crecimiento espiritual e impide que vivas en libertad, sino que también obstaculiza el cumplimiento de las promesas de Dios en tu vida.

Entonces, Amigo/a, ¿qué te parece si, en lugar de quejarte, comienzas a ser agradecido/a por lo que Él ya ha hecho y seguirá haciendo por ti? Acepta el desafío de mantener esta actitud incluso en medio de las dificultades. Al hacerlo, no solo honras a Dios y empiezas a ver sus promesas cumplidas, sino que también das un buen testimonio a quienes te rodean.

Si la queja se ha convertido en un hábito, despójate de ella. Recuerda que ya no es parte de ti y, en oración, rinde tu vida a Jesús. Pide al Espíritu que te enseñe a vivir en gratitud.

¡Recuerda, Dios anhela seguir derramando sus bendiciones sobre ti!

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.