Amigo/a, 🥪 Las Ofensas de Dios
¿Algunas vez te has sentido ofendido con Dios?
Muchas veces las cosas que Dios hace en nuestra vida pueden no tener sentido para nuestra mente, y pueden incluso llegar a ofender nuestra manera de pensar, de entender las cosas.
Esto es lo que los seguidores de Jesús sintieron, cuando Jesús les habló en profundidad acerca de cómo Él era el Pan de Vida, y que tenían que comer Su cuerpo y beber Su sangre si querían ser Sus discípulos.
Obviamente, esta es una enseñanza que, por sí sola, es extremadamente desafiante. De primeras, puede parecer una invitación al canivalismo, un total sinsentido, un despropósito… o incluso, una ofensa.
Esto es, de hecho, lo que dice el pasaje: “Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?” (Juan 6:61).
Lo interesante es que aquí Jesús no trata de suavizar o de explicar mejor Sus palabras para intentar convencerles, sino que les deja hacer como quieran.
Es aquí, en ese tipo de momentos en los que parece que nada tiene sentido, donde se prueba nuestro corazón como seguidores de Jesús. De hecho, dice en la Escritura que “Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar” (Juan 6:64)
En este mismo pasaje vemos dos tipos de reacciones por parte de la multitud cuando tuvieron que responder a las palabras de Jesús:
- La reacción de aquellos que no creían realmente en Jesús sino que solo le buscaban por los milagros que podía hacer, y que, al no entender esta palabra, decidieron dejarle (Juan 6:66, ¡interesante número para una referencia! =)
- Y la reacción de aquellos que realmente le habían dado su vida, y que, como el apóstol Pedro, cuando Jesús les invita a dejarle también si así lo desean, responden: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna…” (Juan 6:68)
Amigo/a, cuando haya cosas que no entiendas, no te ofendas contra Dios, sino ¡agárrate a Él más que nunca! Puedes confiar realmente en Él, y sin duda Él te guiará en el camino, y te hará entender todo en Su momento perfecto.