Amigo/a, ♟ Las estrategias de Dios para tu vida
Intro · Bienvenida · Milagro · Reflexión · Oración · Alabanza
Una de las cosas que más me impresiona y me gusta de Dios es Su capacidad para hacer las cosas de una manera totalmente nueva e inesperada, fuera de nuestros parámetros.
En nuestra mente humana, la victoria de una batalla es directamente proporcional al número de soldados y de equipamiento. Es decir, un ejército con más soldados, caballos, arqueros y torres tenía más probabilidades de ganar, sobre todo si tenía muchos más que el enemigo.
Sin embargo, cuando los israelitas se habían unido para luchar junto a Gedeón contra los pueblos enemigos, Dios le dijo a Gedeón: "El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado..." (Jueces 7:2).
La estrategia de Dios fue reducir el ejército de Israel:
- Primero, despidiendo a los que tenían miedo
- Y segundo, escogiendo solo a los que estaban siempre listos para la batalla, incluso en el momento de beber agua.
¿Te imaginas a Gedeón teniendo que explicar esto al pueblo, y reduciendo el número de soldados de su ejército de 30.000 a 300? ¿Frente a un ejército enemigo de probablemente unos 135.000 hombres?
¡Era una locura! Seguro que muchos de sus hombres empezaron a quejarse, y quizá a dudar de las habilidades y el liderazgo de Gedeón.
Pero ahí es donde Dios hace milagros increíbles: cuando decidimos obedecer Su voluntad, aun cuando parezca una locura.
Piensa en esto: las estrategias humanas dan resultados humanos, pero las estrategias divinas dan resultados divinos. ¡Y yo no sé tú, pero yo prefiero los resultados divinos! =)
Amigo/a, ¡no hay nada mejor que obedecer a Dios! Es cierto que es complicado en ocasiones, pero cuando decidimos obedecer Su voluntad sobre cualquiera otra cosa, ¡los resultados son tan increíbles!
En este día te invito a que inviertas unos minutos a orar y a pedirle a Dios que te muestre cuál es Su voluntad para cada una de las áreas de tu vida. Y cuando recibas algo, escríbelo en tu diario de oración, y pídele a Dios que te dé la sabiduría para empezar a dar pasos en esa dirección.
¡La victoria de Dios te está esperando!