💎 ¡La Palabra es un tesoro!
Tú y yo vivimos en un mundo caído. ¿Qué significa esto? Significa que cada día somos testigos y experimentamos las profundas y dolorosas consecuencias del pecado. El significado etimológico de la palabra "pecado" es "errar el blanco". Esto implica que, cuando tú y yo pecamos, no estamos acertando; nos estamos desviando de lo que sería correcto hacer.
Seguramente, al igual que yo, puedes recordar numerosas ocasiones en las que has errado al blanco, ¿no es cierto? Yo puedo recordar fácilmente muchas veces en las que he cometido un pecado y cómo esto me ha causado dolor y vergüenza, tanto a mí como a las personas que amo. La realidad es que la biblia dice que todos somos pecadores, y que constantemente vivimos en una lucha entre nuestros deseos pecaminosos y los deseos del Espíritu de Dios en nosotros.
Por eso me encanta lo que dice Salmos 119:11; “En mi corazón he atesorado tu palabra,para no pecar contra ti”.
Una de las cosas más hermosas acerca de la Palabra de Dios es que nos ayuda en nuestra lucha contra el pecado, proporciona las herramientas necesarias para decir "no" a la tentación y caminar de acuerdo con la voluntad de Dios. Una de las estrategias que más me ha ayudado en esta batalla mental es memorizar versículos que contrarrestan las mentiras de Satanás, las cuales intenta usar para inducir al pecado.
Realmente es una práctica que quisiera tener aún más seguido, porque eso es exactamente lo que dice el Salmo que es la manera de luchar contra el pecado, “atesorar su palabra en mi corazón”.
Es como el pasaje que dice que “de lo que abunda en el corazón habla la boca”. Por eso, Amigo/a, déjame preguntarte ¿qué es lo que sale de tu boca con más facilidad? Y si te hicieras una pequeña radiografía al respecto, ¿Qué tan lleno está tu corazón de la Palabra de Dios?
Esto hará toda la diferencia en la lucha contra el pecado. Tener nuestro corazón, nuestra mente, nuestras palabras y nuestras acciones llenos de la Palabra de Dios nos proporcionará la fortaleza necesaria para vivir una vida digna de un hijo de Dios.
Permíteme terminar con una oración; Señor Jesús, gracias porque tu sacrificio en la cruz nos ha limpiado y perdonado de nuestros pecados pasados, presentes y futuros. Y gracias porque en tu Palabra encontramos todo lo que necesitamos para vivir una vida en santidad. Ayúdanos a poder atesorar tu Palabra en nuestro corazón para no pecar contra ti. En tu nombre santo oramos, amén.
