🧲 La obediencia es como un imán

¿Quién no desea ser bendecido? Todos anhelamos vivir bajo la bendición de Dios. Y lo maravilloso es que, desde el momento en que recibimos a Jesús, Él ya ha derramado sobre nosotros toda clase de bendiciones espirituales.
Cuando hablamos de bendición estamos hablando de todo tipo de cosas buenas: protección, guía, paz… y que todo esto se multiplique en todas las áreas de tu vida. Es precioso, ¿verdad? Todo eso está implícito en el concepto de “bendición”, pero va aún más allá.
Y sin duda, Dios ama bendecirte. Es más, Él ya tiene sus bendiciones listas, preparadas para tu vida. Esto es lo que dice la Biblia: “Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.” (Deuteronomio 28:2).
Pero hay una condición, cuando escuchamos y obedecemos la voz de Dios, su Palabra dice que las bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán. No importa dónde estés ni lo que estés enfrentando: si caminas con Dios y eres obediente a su Palabra, sus promesas y bendiciones te seguirán fielmente.
Amigo/a, las bendiciones no se hacen esperar cuando caminamos en obediencia: ¡te encuentran! Es tiempo de que empieces a dar pasos hacia ella. A lo largo de esta semana vamos a analizar los beneficios de la obediencia que te ayudarán a experimentar la bendición de Dios de una manera más profunda y clara en tu vida. ¿Estás listo(a)?
Oremos: “Señor, gracias porque me amas y porque has preparado bendiciones celestiales para mí, fruto de tu gracia y fidelidad. Quiero vivir en obediencia a tu Palabra, caminando en tus caminos y haciendo tu voluntad con un corazón dispuesto. Quiero honrarte en cada decisión, en cada palabra y en cada acción. Que mi obediencia sea un reflejo de mi amor por ti, y que tu nombre siempre sea exaltado por medio de mi vida. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”

