Amigo/a, ¡la mesa está servida! 🍝
Hay algo especial en el hecho de juntarnos alrededor de la mesa.
Muchos de los momentos más especiales de nuestra vida tienen lugar alrededor de una mesa. ¿Lo habías pensado alguna vez? Cuando nos casamos, tenemos un banquete con el que poder compartir un tiempo de comunión con nuestros invitados. En Navidad, nos juntamos con nuestros seres queridos para disfrutar con ellos de un precioso momento en torno a la mesa. Y cuando logramos alcanzar una meta importante para nosotros, lo celebramos saliendo a comer a un restaurante.
Pero no solo en las ocasiones especiales, sino también en el día a día, la mesa ocupa un lugar muy importante. Es ahí donde compartimos momentos con nuestra familia, donde podemos encontrarnos tras un día lleno de actividades para sencillamente hablar, descansar y disfrutar juntos del placer de la comida. Ese ambiente familiar nos inspira a tener conversaciones, a compartir cosas que hay en nuestro corazón, a sentirnos más como en casa.
¿Sabías que Dios tiene preparado un sitio en Su mesa reservado para ti? El Salmista lo sabía muy bien, cuando dijo en su famoso Salmo 23: “Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando” (Salmo 23:5, LBLA). ¡Sí, Dios quiere tener cada día ese momento de comunión contigo!
Amigo/a, Dios ya tiene la mesa preparada y te está esperando. ¿Puedes imaginártelo? Solo tienes que venir y disfrutar de ese tiempo de comunión con Él. Ven, y deja que Él unja tu cabeza con Su aceite, que Él derrame Su gozo sobre tu corazón hasta rebosar.