🪑 Jesús quiere sentarse en tu mesa

¡Bendiciones en esta nueva semana! Hoy quiero invitarte a sentarte a la mesa con Jesús. Hay un versículo que me encanta y captura mi imaginación sobre la Palabra de Dios, es Apocalipsis 3:20 “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, cenaré con él y él conmigo.”
Esta imagen me conmueve profundamente, una imagen de intimidad y cercanía. Jesús y yo estamos sentados a la mesa cenando. ¿Te imaginas cómo sería compartir una cena con Jesús?
¿De qué hablarías con Él? ¿Qué pregunta le harías? ¿Cómo sería mirarle a la cara? Haz este ejercicio conmigo e imagínate a la mesa con Jesús.
Sabes en estos días estoy leyendo el libro de Lucas y me gusta mucho como un comentarista bíblico describió el evangelio de Lucas y como nos muestra a Jesús, este autor de nombre Robert Karris, dice que, en el Evangelio de Lucas, Jesús está generalmente yendo a una comida, en una comida, o volviendo de una comida.
Esta imagen me hace recordar mis días como estudiante del Instituo Biblico, y en particular un profesor. Este profesor en su clase nos daba la oportunidad de llevar alimentos y bebidas para compartir, y nos hablaba de lo que él llamaba la “teología de la comida”. Y esto es reconocer que hay algo profundamente espiritual en compartir los alimentos.
En los tiempos de Jesús, solo se invitaba a la familia o a alguien sumamente cercano a ti a compartir la mesa, ya que era un espacio de vulnerabilidad y apertura. Y si lo piensas bien no es tan diferente hoy en día, si invitas a alguien a compartir la mesa contigo en tu casa es mayormente porque es alguien en quien confías. Confías en mostrarle tu casa, tu familia, tu comida, etc.
Por eso la imagen de Jesús tocando a la puerta de tu vida, queriendo compartir la mesa contigo es hermosa. Amigo/a, Jesús quiere que abras la puerta de tu casa, de tu corazón y de tu vida, confiando en él, confiando tu familia, tus finanzas, tu desastre a Él.
La pregunta es, ¿abrirás la puerta y le darás un lugar en tu mesa? Porque sabes con Jesús en la mesa, el pan se parte, el vino se comparte y el corazón se transforma.
¿Qué dices, estás listo/a?

