Amigo/a, ¡hay una esperanza viva…!
¿Alguna vez has tenido esperanzas de que las cosas iban a salir de una determinada manera, y al final no han salido como esperabas? Esto es especialmente duro cuando el resultado final afecta no solamente a ti, sino también a otras personas.
Recuerdo que cuando Belinda y yo queríamos casarnos, y estábamos esperando que los papeles de la visa saliesen, surgieron varios problemas que nos retrasaron en el proceso. Recuerdo, de hecho, un día en el que vi que una de las fechas que nos habían dado aparentemente había pasado, lo cual hubiese podido llevarnos a tener que empezar todo el proceso de nuevo. ¡Estaba tan desesperado! Oré al Señor para que hiciese un milagro, y gracias a Él al final todo salió bien.
En esos momentos difíciles, es fácil sentirnos como un fracaso, o incluso avergonzados de no haber hecho las cosas mejor. Pero Amigo/a, te quiero animar a que no dejes que esos sentimientos se queden en ti. Dios te ha llamado a tener esperanza, y, como dice en la Biblia, “la esperanza no avergüenza...” (Romanos 5:5).
Aun en tus momentos más bajos, tienes una esperanza viva en Dios. Él puede cambiar tus circunstancias y darles la vuelta, aun tus fallos y errores, porque Él sabe cómo hacer que todas las cosas te ayuden al fnal para bien (Romanos 8:28). Pero eso solo ocurrirá cuando le entregues a Él todo, incluidos tus fallos y vergüenzas, y decidas confiar en Él.
Amigo/a, ¡llénate hoy de esperanza! Dios está obrando en tu vida, y va a seguir haciéndolo, no te quepa ninguna duda. Por tanto, “levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti…” (Isaías 60:1). Aparta de tu vida todo tipo de vergüenza y las cosas del pasado, y corre en la nueva vida que Él te da cada día.
¡Te llevo en mi corazón, y en mis oraciones!