• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • DE German
    • EN English
    • ES Spanish
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • ID Bahasa
    • IT Italian
    • MG Malagasy
    • NL Dutch
    • NL Flemish
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
Fecha de publicación 17 de may. de 2025

🎁 Hay recompensa para el que escucha

Fecha de publicación 17 de may. de 2025

Si tuviéramos que hablar de lo que Dios espera de nosotros, podríamos resumirlo en una sola palabra: obediencia. Y no se trata de una obediencia forzada o temerosa, sino de una que nace del amor.

Mira lo que dice 1 Juan 3:22-23 (RVR1960): “Y cualquiera cosa que pidiéramos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como él nos ha mandado.”

Dios no nos dio una lista interminable de reglas, Él nos dio un mandamiento claro y poderoso: cree en Jesús y ama a los demás. Esa es la clase de vida que agrada a Dios. Cuando vivimos así, Su presencia fluye libremente en nosotros… y nuestras oraciones no encuentran obstáculo.

Una persona que vivió esta verdad fue Cornelio (Hechos 10). Aunque era romano, oraba constantemente, ayudaba a los pobres y buscaba a Dios de todo corazón. ¿El resultado? ¡Dios escuchó sus oraciones! Envió a Pedro hasta su casa, y ese día toda su familia fue salva y llena del Espíritu Santo. ¡Qué testimonio!

Como la devoción de Cornelio abrió una puerta celestial, tu obediencia sencilla y amorosa también mueve el corazón de Dios. Él ve cuando perdonas, cuando ayudas y cuando eliges creer en Él aunque sea difícil. Y Él responde.

Amigo/a, Dios no es indiferente a tu obediencia. Él escucha, Él ve, y Él actúa.

Oremos juntos: “Señor, gracias por mostrarnos lo que verdaderamente importa. Hoy decido creer más profundamente en Jesús y amar más generosamente a los que me rodean. Enséñame a vivir una vida que te agrade, y a confiar en que tú escuchas cada oración. En el Nombre de Jesús. Amén.”

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.