Amigo/a, ¿has hecho ejercicio hoy? 🏃
¿Sueles hacer ejercicio en casa? Durante el confinamiento del virus covid era típico ver a personas haciendo ejercicio en sus apartamentos.
En mi caso, llevo años haciendo ejercicio en casa. Me encanta hacer ejercicio en casa porque me permite concentrarme y pensar en cosas mientras mi cuerpo se ejercita. Ayer, de hecho, estaba escuchando una canción de alabanza mientras hacía ejercicio, y al mismo tiempo estaba pensando en las cosas tan preciosas que Dios está haciendo y que va a hacer en mi vida. Podía imaginarme miles de personas siendo transformadas por Dios, iglesias siendo levantadas, cristianos siendo edificados y discipulados… ¡Estaba tan lleno de gozo que me puse a danzar y a saltar de alegría, mientras le daba gracias a Dios en voz alta por todas las cosas que va a seguir haciendo!
A Dios le encanta ese clamor de alabanza. Cuando Jesús entró en Jerusalén, dice que la personas “tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!” (Juan 12:13). ¡Fue un momento glorioso! Las personas clamaban y alababan a Dios de manera espontánea, con gran gozo, mientras tendían hojas de palmera a los pies de Jesús, como se hacía con los reyes de la época. Fue un momento tan especial que, cuando los fariseos intentaron acusar a Jesús de no contener a la multitud, “Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían” (Lucas 19:40).
¡Amigo/a, no dejes hoy que las piedras clamen! Levantemos oraciones de lo más profundo de nuestro corazón en este día, llenas de alabanza y de gozo, mientras ponemos nuestra mirada en el Rey de reyes, y Señor de señor, Aquél que nos ha salvado y que hace maravillas en nuestra vida.
Te llevo en mi corazón.