🏙 ¿Has caminado por calles desconocidas?

¿Alguna vez te perdiste en un lugar desconocido? A mí me pasó cuando vivía en Buenos Aires, hospedada en casa de una familia amiga.
Tenía que llegar a una clase en la facultad, pero me bajé del autobús antes de tiempo, sin darme cuenta.
Imagínate cómo me sentía: desorientada, sola, y con mucho miedo. Empezaba a oscurecer, y en esa época no era común tener celular.
Caminaba y caminaba, pero cada calle parecía igual a la anterior. Por dentro, estaba muy asustada, aunque trataba de mantener la calma.
Hasta que recordé que tenía unas monedas en el bolsillo. Busqué un teléfono público y llamé a un amigo. Le conté lo que me había pasado, y justo, "casualmente", él andaba por la zona. Pasó a buscarme. ¡Qué alivio tan grande sentí en ese momento!
La vida a veces se parece mucho a eso: estamos en caminos desconocidos, inciertos, sin saber bien hacia dónde ir.
Podemos sentir miedo, agotamiento, o simplemente no tener claro qué paso dar. Pero Dios, que conoce todos los caminos, te dice hoy: “Yo voy delante de ti. Estoy contigo. No te dejaré ni te abandonaré. No tengas miedo ni te desanimes.” (Adaptado de Deuteronomio 31:8)
Dios no solo te muestra la dirección, Él camina contigo. No se cansa, no se distrae, no se olvida de ti. En cada paso incierto, Él ya fue primero. Prepara el camino y, al mismo tiempo, sostiene tu mano.
Amigo/a, ¿qué te preocupa hoy? ¿En qué área de tu vida te sientes perdido o inseguro? ¿Necesitas experimentar su cercanía?
Hoy te invito a que te acerques a Él con toda confianza. Entrégale lo que te angustia o las decisiones que tengas que tomar y deja que su presencia te fortalezca y guíe.
Recuerda, no camines sin guía. Su presencia es tu mayor seguridad.

