🎤 Habla con propósito

Amigo/a, cuando estaba en el instituto bíblico, viví una situación que no me enorgullece, pero que hoy quiero compartir contigo porque aprendí una lección profunda acerca del poder de nuestras palabras.
Con el grupo de amigos que tenía en aquel tiempo, todo el tiempo bromeamos acerca de todo. Al principio era divertido, pero poco a poco nuestras bromas comenzaron a subir de tono. Sin darnos cuenta, cruzamos límites. Empezamos a burlarnos de otros compañeros y, aunque lo disfrazamos de “juego”, nuestras palabras terminaron hiriendo a varias personas.
Lo peor fue que, no veíamos el mal que hacíamos… hasta que alguien tuvo el valor de confrontarnos. Recuerdo perfectamente el día en que, una amiga (quien hoy es mi esposa) se acercó a mí y con amor y firmeza me dijo: “Si te estás preparando para servir a Dios, esto que estás haciendo no está bien.”
Esas palabras llegaron a mi corazón y me llevaron a reflexionar, y luego a arrepentirme. Tomé la decisión de cambiar.
Desde ese momento, nunca olvidé lo que Pablo escribe en Efesios 4:29 (NVI): “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.”
Amigo/a, muchas veces cuando estamos entre amigos, nos sentimos tan en confianza que bajamos la guardia y dejamos que nuestra lengua hable sin filtro. Pero lo que parece una broma inocente puede dejar cicatrices en el corazón de alguien más. Por eso, hoy quiero desafiarte a evaluar tus conversaciones con honestidad y que tomes la decisión de hablar con propósito: Habla vida. Habla con amor.
Como he venido diciendo, Dios no solo quiere cambiar nuestras palabras, ¡quiere transformar nuestro corazón! Porque cuando el corazón está sano, las palabras también lo están. Y cuando tus palabras sanan, bendicen y edifican, te conviertes en alguien que deja huella en la vida de los demás.

