Fecha de publicación 6 de jun. de 2023

Amigo/a, 🙌🏻 Guarda tu Paz

Fecha de publicación 6 de jun. de 2023

Seguimos avanzando en este tema tan importante como es la ofensa.

Como veíamos ayer, la ofensa es una de las cosas más comunes en nuestra sociedad. Es fácil escuchar a las personas cuando se enfadan decir cosas como: “¡Me estás ofendiendo…!”, o “¡Me siento tan ofendido…!”.

Una de las acepciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua para el término “ofensa” es “sentirse humillado o herido en el amor propio o la dignidad”. Es muy interesante esta definición, porque integra las ideas de humillación y de heridas.

Es decir, cuando permitimos que entre en nosotros la ofensa, estamos dejando que esa sensación de humillación y que esas heridas se instalen en nuestra vida.

Pensamos quizá que la ofensa nos va a permitir expresarnos mejor, o que nos va a dar cierto poder en nuestra relación con los demás, pero en realidad lo único que hace es convertirnos en cautivos, en esclavos de nuestros propios sentimientos, de nuestros problemas y temores.

Mira lo que dice este pasaje de la Biblia: “La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa” (Proverbios 19:11).

La persona que tiene el dominio propio del Espíritu Santo en su vida, sabe cómo esquivar la ofensa y el furor, para que ninguno de ellos le afecte. En lugar de interactuar o dejarse afectar por las palabras, acciones o intenciones de los demás, sabe cómo dejarlos “pasar por alto”, para así guardar su paz.

Me gusta lo que Jesús dijo a Sus discípulos cuando los envió a predicar y a sanar en los pueblos de alrededor, en relación a las personas que encontrarían: “Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros…” (Lucas 10:6).

No importaba el comportamiento de las personas que se iban a encontrar: Si eran personas agradables y llenas de amor, la paz de Dios sellaría su relación; y sino, su paz seguiría con ellos, independientemente de lo que las otras personas hiciesen!

Amigo/a, ¡no dejes que el enemigo te robe la paz con pensamientos de ofensa! En este día, decide esquivarlos todos, y que pase lo que pase, puedas permanecer en la paz de Dios, lleno de Su Presencia y de Su gozo, sabiendo que Él está a tu lado.

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.