Amigo/a, 🔥 ¡Fuego consumidor…!
¿Te gustaría ser instrumento de Dios? Todos tenemos en mayor o menor medida el deseo de servirle, pero muchas veces no nos sentimos capacitados.
¿Recuerdas el pasaje de la zarza ardiente? Tras 40 años en el desierto, Dios se apareció a Moisés de una manera milagrosa, y empezó a decirle todas las cosas que iba a hacer para liberar al pueblo de Israel de su esclavitud.
Dios le dijo: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo” (Éxodo 3:10–12).
A lo largo de mi vida he encontrado a muchas personas que no paran de repetir lo pequeñas e incapaces que son, y que cuestionan cómo Dios podría usarlas. Esto puede parecer un gesto de humildad, pero en realidad no lo es.
Era evidente que Moisés no podía hacer milagros ni liberar al pueblo de Israel por sí mismo; pero él podía decidir ser un canal por medio del cual Dios hiciese todos esos milagros. Su persistencia en insistir en su pequeñez y en su incapacidad no agradó a Dios; al contrario, hizo que en un punto de la conversación Dios se enfadase con él (Éxodo 4:14).
Amigo/a, no te centres en tu pequeñez, sino en Su grandeza. Nuestro Dios es fuego consumidor, y Él quiere inflamarte con Su pasión para que vayas y seas un canal de bendición allí donde estés. ¡Levántate en este día por medio de la fe, enfrenta tus temores y complejos, y da pasos hacia el destino que Él ya tiene preparado para ti!
Dios va a hacer cosas increíbles a través de ti. ¡Lo creo!