🦶🏻 Firme sin tropiezo
Como buen mexicano, crecí viendo y riéndome de las ocurrencias del “Chavo del 8”. Una de mis escenas favoritas es la siguiente interacción entre la Chilindrina y Don Ramón: "Chilindrina, tú sabes lo que pasaría si me quito el cinturón..." "Pues se te caen los pantalones". La verdad, siempre soñé con hacerle la misma broma a mi papá, aunque nunca tuve la oportunidad.
Ahora, imagínate a un papá persiguiendo a su hijo o hija con los pantalones cayéndose. Probablemente no es la imagen que más inspira respeto, ¿cierto? De ahí la importancia de este elemento de nuestro vestuario: el cinturón. Se cree que el cinturón fue inventado entre los años 3000 a.C. y 1200 a.C., y desde entonces ha sido usado tanto por hombres como por mujeres. De hecho, hay una fuerte probabilidad de que ahora mismo estés usando uno. ;)
Por eso me encanta que el primer elemento que Pablo menciona en su carta a los Efesios sobre la armadura de Dios sea precisamente un cinturón. Dice: "Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad" (Efesios 6:14).
Es importante, cuando leemos sobre la armadura de Dios que Pablo describe, tener en cuenta que lo más seguro es que Pablo tuviera en mente una armadura romana, ya que era lo que vería cada día en su contexto.
Para ellos, el cinturón era un elemento crucial, ya que los soldados romanos vestían túnicas muy holgadas. Sin el cinturón, estas túnicas podrían convertirse en un estorbo para el movimiento del soldado en la batalla, haciendo que tropezaran fácilmente, lo cual sería muy peligroso.
Sabes, Amigo/a, de la misma manera tú y yo podemos tropezar en nuestras batallas si no tenemos bien firmemente puesto el cinturón de la verdad. La Biblia nos dice que nuestro enemigo es el padre de la mentira y un engañador por excelencia. Por lo tanto, la mejor manera de no tropezar es estar firmes en la verdad.
Ahora, si te estás preguntando cuál es esta verdad, bueno, Jesús en Juan 17 dijo estas palabras: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.” Y en otro lugar de Juan también dijo: “Yo soy la verdad.”
Amigo/a, la mejor forma de estar firme y lograr la victoria en nuestras batallas diarias es pasar tiempo con Jesús y en su Palabra. Por eso te pregunto: ¿Cuánto tiempo estás pasando con Él cada día?