Amigo/a, 📈 Este es el resultado
Terminamos esta semana reflexionando sobre el poder de la adoración, y ahora puedes comprender que no es simplemente una herramienta, sino también un estilo de vida arraigado en la comunión con Dios.
Por lo tanto, antes de iniciar mi día, mi primera acción es postrarme ante mi amado y ofrecerle toda la adoración que merece, incluso si dispongo solo de cinco minutos. Dedico tiempo a meditar en quién es Él. Esta práctica ha sido fundamental para mi crecimiento espiritual y para fortalecer mi fe en Jesús.
De hecho miremos lo que dice Salmos 29:2 (RVR1960): “Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”
Amigo/a, dale a Dios tu mejor adoración y observa los resultados, como se menciona en Salmos 29:11 (RVR1960): "Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz". Cuando adoras, el Espíritu llena tu corazón y mente, lo cual te capacita para enfrentar desafíos, resistir la tentación y cumplir su voluntad en la tierra.
La segunda parte del versículo promete que Dios bendecirá a su pueblo con paz, lo que significa que experimentarás su paz, una paz que solo Él puede otorgar. Este sencillo acto de entrega del corazón puede transformar por completo tu relación con Jesús y llevarte a conocer más profundamente su amor por ti. Cuanto más comprendes de este amor, más fuerte se vuelve tu relación con Él y más transformado/a eres.
Ahora te pregunto, ¿deseas experimentar estos resultados? Te animo a no cesar en tu adoración a Dios, a ofrecerle lo mejor de ti cada día.
Oremos juntos: "Señor Jesús, hoy te entrego todo lo que soy, me humillo ante ti. Reconozco que no hay otro Dios como tú. Deseo adorarte no solo con palabras, sino también con mi vida. En tu nombre, Jesús. Amén."