Amigo/a, estamos rodeados...
¿Qué impacto tienen en tu vida los comentarios de las personas que te rodean?
Cuenta una historia que había tres ranitas que se propusieron hacer una carrera de larga distancia, para ver quién llegaba antes a la cima de una montaña. Las multitudes se apretaban a lo largo del recorrido para ver pasar a estas valientes ranas, aunque eran muy escépticos. No creían que las ranitas pudieran conseguirlo; de hecho, no paraban de hacer comentarios entre ellos. La carrera comenzó, y las tres ranas empezaron a experimentar dificultades en la subida. Una rana abandonó a la mitad de la carrera, agotada, y unos minutos más tarde abandonó la segunda rana; pero la tercera seguía imparable. Finalmente llegó a la cima de la montaña. Para el asombro de todos, descubrieron en ese momento que la ranita ganadora era sorda.
Sí, Amigo/a, la gente que nos rodea puede influenciarnos para bien o para mal, pero lo que nos permitirá seguir adelante es la determinación de nuestra fe. Eso es lo que experimentó aquel ciego que supo que Jesús estaba pasando cerca de él. Dice la Biblia que se puso a llamar a Jesús a gritos. “Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Lucas 18:39).
Esa determinación le llevó a no hacer caso a la multitud, y le permitió tener un encuentro con Jesús que cambió su vida para siempre. ¡El clamor determinado abre la puerta a los milagros de Dios!
Déjame orar por ti: “Señor, te pido por Amigo/a, para que le llenes de esa determinación que viene por medio de la fe. Que pueda agarrarse a Ti como nunca antes, y clamar con la clara convicción de que va a experimentar un milagro que transformará su vida para siempre. ¡Gracias por lo que haces en nuestras vidas! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”