👂🏻 ¿Escuchas la voz de Dios?
Saludos y bendiciones, Amigo/a. Esta semana quiero compartir contigo un tema muy especial. No sé si lo sabías, pero octubre es conocido en muchos países como el mes de la Biblia. Por eso, en los próximos días quiero hablarte sobre “la belleza de la Palabra de Dios” y llevarte a reflexionar sobre el papel que tiene en tu vida. También quiero compartir contigo algunos datos interesantes sobre la Biblia y su constitución. ¿Qué dices, me acompañas estos días?
Primer dato interesante: La Biblia está conformada por 66 libros, 1,188 capítulos y 31,187 versículos. ¡Wow!
Recuerdo que hace unos 15 o 16 años, me costaba mucho cuando alguien decía frases como “Dios me habló” o “Dios me dijo”. Me preguntaba: “¿Cómo le habló? ¿Le habló al oído, le envió un mensaje, o cómo fue?”. ¿Te ha pasado algo así?
Sin embargo, hay algo muy importante que debo mencionar: en ese momento de mi vida, ya tenía varios años asistiendo a una iglesia, escuchando enseñanzas, y, de alguna manera, me consideraba un seguidor de Jesús. A pesar de ello, la realidad es que poco o nada estaba dedicando tiempo a leer mi Biblia.
Por eso, recuerdo que poco después tuve un momento en el que, al hacerle una pregunta a Dios, ¡Él me respondió a través de un versículo de la Biblia! Fue la primera vez que experimentaba algo así, y desde entonces, la Palabra de Dios ha ocupado un lugar muy especial en mi vida, porque sé que es el medio a través del cual puedo escuchar a mi Dios.
Dos de mis pasajes favoritos de la Biblia que hablan de la belleza de la Palabra de Dios, son el Salmo 19 y el Salmo 119, y quiero invitarte en estos días a que puedas leerlos y enamorarte de la Palabra de Dios. Mira lo que dice el Salmo 119:105; “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.”
Amigo/a, es en su hermosa Palabra que escuchamos su voz, y que podemos encontrar esa luz que nos guía día a día, esa lámpara que alumbre nuestro camino.
Y tú, ¿dónde estás buscando esa guía? ¿En la Palabra de Dios o en otras cosas? Porque no haces hoy un compromiso de pasar tiempo en su Palabra cada día buscando su dirección y su presencia.