⚓ ¡Es tu ancla!

En un mundo en constante cambio, Jesús sigue siendo tu fundamento seguro. Las personas cambian, las circunstancias varían, pero el amor de Dios por ti permanece inmutable.
Ante cualquier carga que lleves, no sueltes tu fe. Ante cualquier prueba que enfrentes, no sueltes tu fe, aférrate a ella con todas tus fuerzas, incluso cuando las tormentas de la vida intentan derribarte. La fe es tu ancla; te mantendrá firme cuando todo a tu alrededor parezca inestable. Echa raíces profundas en Jesucristo.
Cuando sientas que te ahogas, deja que tu fe en Él te sostenga. Jesús venció la muerte, resucitó en victoria y te ofrece la fortaleza para enfrentar cualquier desafío. Piensa en Daniel en la Biblia: fue arrojado a un lugar destinado a destruirlo, pero su fe lo sostuvo. No permitió que el miedo lo venciera, lo consumiera, ni que la desesperación lo aplastara.
Daniel no permitió que sus circunstancias dictarán su fe; en cambio, su fe determinó cómo enfrentaría sus circunstancias. Él confió en que Dios era más grande que los leones, y Dios no lo defraudó. Daniel se convirtió en un testimonio del poder de Dios.
Amigo/a, quiero recordarte que Él es el mismo ayer, hoy y por siempre. Su amor por ti nunca cambia. Si te sientes como Daniel en el horno de fuego, recuerda que no estás solo/a: Alguien más está contigo en ese horno—Aquel que ya ha vencido todo. Jesús es tu roca, tu refugio cuando todo a tu alrededor parece derrumbarse.
En Isaías 59:19 dice: "Cuando venga el enemigo como un río, el Espíritu del Señor levantará bandera contra él". Esta promesa es para ti. Sin importar cuán feroz sea la batalla o cuán altas se eleven las aguas, Dios intervendrá. Él levantará un estandarte de victoria sobre cada ataque que enfrentes.
Así que, sin importar lo que enfrentes hoy, mantente firme. Sé constante. Sé inquebrantable.

