Amigo/a, ⏰ ¡Es la hora del recreo!
¿Te acuerdas de cuando eras pequeño(a)? Tengo recuerdos muy bonitos de mi infancia, especialmente del colegio.
Recuerdo que mis amigos de clase y yo solíamos pasarnos notas y compartir mensajes secretos con nuestros mejores amigos. A veces el profesor nos pillaba y nos regañaba, ¡pero aun así merecía la pena! =) Nuestro momento favorito era el tiempo de recreo: ahí podíamos buscarnos y compartir nuestros grandes secretos los unos con los otros, mientras jugábamos. Esos minutos eran más valiosos que el oro, y tratábamos de aprovecharlos al máximo, antes de volver a clase.
Dios nos ama, y no para de mandarnos pequeños mensajes en todo momento. ¡A Él también le encanta revelarnos cosas! Y si bien es cierto que Él nos habla a cada momento, no hay nada como tener esos tiempos de recreo con Él, en los que venimos a contarle nuestros secretos, y escuchamos cómo Él nos cuenta los Suyos. ¡Esos sí que son auténticos tiempos de recreo!
Dios dice: “Los llevaré a mi monte santo; ¡los llenaré de alegría en mi casa de oración!” (Isaías 56:7, NVI) . Otra traducción, de hecho, dice, “y los recrearé en mi casa de oración”. Sí, Amigo/a, no hay nada que nos pueda llenar de tanta alegría como el estar en la Presencia de Dios. ¡El momento del recreo ha llegado a tu vida!
¿Sueles tener un momento aparte con Dios a diario? Si no es así, te animo a que, a partir de hoy, inviertas unos cuantos minutos al día para venir ante Su Presencia. Solo necesitas hacer algo tan sencillo como empezar a contarle qué es lo que hay en tu corazón, cómo te sientes, y que deseas. Cuanto más a menudo lo hagas, más se convertirá en tu momento favorito del día =)
Te llevo en mi corazón, y oro por ti