Fecha de publicación 10 de ago. de 2020

Amigo/a, ¡es la hora del ensayo! 🎻

Fecha de publicación 10 de ago. de 2020
¿Te gusta la música? ¡Yo soy un apasionado! Estoy casi todo el día escuchando música; de hecho, ahora mismo estoy escuchando música de fondo mientras te escribo este mensaje =) Una de las cosas que más me fascina es cómo los músicos son capaces de dedicar horas y horas cada día a ensayar de manera constante, para así perfeccionar cada vez más la técnica con su instrumento. En mi caso soy una persona con bastante sentido musical, pero nunca he llegado a desarrollar mi técnica como un músico de verdad. He tenido varios momentos en mi vida en los que he invertido más tiempo a estudiar música o a practicar piano o guitarra, pero nunca ha llegado a convertirse en una constante diaria. ¿Qué es lo que me ha faltado para convertirme en músico profesional? Precisamente esa constancia diaria.  La constancia es lo que marca la diferencia. La Biblia dice: "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (1 Corintios 15:58). Sí, Amigo/a, tu firmeza y tu constancia son las que marcan la diferencia en tu vida cristiana. Es gracias a ellas que puedes crecer en tu vida espiritual, y servir también al Señor en la medida en la que vas siendo cada vez más maduro(a) en la fe. ¡Sí, la constancia te hace crecer de manera constante! =) A lo largo de esta semana vamos a analizar 7 claves que te ayudarán a crecer constante e imparablemente en el Señor. ¿Estás listo(a)? Vamos a orar: “Señor, gracias por Tu amor y por todo lo que estás haciendo en mi vida. Te pido que me ayudes a ser más constante, y a crecer de una manera imparable en Ti, para que así pueda brillar y desarrollarme en todo lo que me llamas a hacer. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!” Te llevo constantemente en mi corazón.
Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.