Amigo/a, 🔦 Eres una luz para tu Familia
Ayer hablábamos sobre el oxígeno del Cielo, y sobre no tapar la luz que Dios hace brillar en nuestras vidas.
De hecho, el pasaje que veíamos ayer nos da más detalle sobre lo que tenemos que hacer con esa luz. Dice así: “Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa” (Mateo 5:15, RVR95)
Fíjate en lo que dice: hay un lugar reservado para esa luz, y hay una función muy particular.
El lugar reservado para esa luz es el candelero. No puedes tener luz por sí sola: esa luz viene de la llama, y esa llama necesita ser contenida por un recipiente para poder ser utilizada de manera segura.
Es por eso que los candeleros eran normalmente fabricados en metal, para poder contener el aceite o la vela que ardía en ellos, y poder mover la luz fácilmente. ¿El objetivo de ello? “Alumbrar a todos los que están en casa” (v.15).
Amigo/a, eres una luz para tu familia. Tu luz brilla en todas partes, pero de manera muy particular en tu casa, entre tus familiares.
Quizá algunos de ellos todavía no conozcan a Jesús, y puede que algunos de ellos incluso se opongan a ti a tu fe en Él… pero en medio de sus tinieblas, tu luz brilla con fuerza. Dios se mueve a través de ti en sus vidas.
Por favor, nunca lo olvides: Dios está obrando en tus familiares, aun cuando no veas cambios en ellos en apariencia. La luz de Dios está obrando en sus vidas, y estoy convencido de que vas a ver milagros preciosos en el tiempo perfecto de Dios.
¡Sigue brillando con fuerza, y no pierdas esperanza!
