🪞 Eres su reflejo
Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a Su imagen y semejanza. Pero cuando el pecado entró al mundo, a través de la mentira de Satanás y el pecado, esa imagen se distorsionó. La mentira reemplazó la verdad, el egoísmo al amor y la culpa a la comunión con Dios.
Sin embargo, el corazón del Padre nunca cambió. Desde el principio, Su plan fue restaurar lo que se había perdido. Y en una noche silenciosa, en un pequeño pueblo llamado Belén, ese plan se hizo visible. Dios tomó forma humana y nació en un pesebre: Jesús, el reflejo perfecto del Padre, vino a restaurar la verdadera imagen de Dios.
La Biblia dice: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo” (Romanos 8:29, RVR1960).
Cada gesto de Jesús, cada palabra y cada acción mostraban quién es Dios. Él no solo vino a salvarnos del pecado, sino a mostrarnos cómo luce el amor perfecto cuando se hace carne. En Jesús vemos la humildad del cielo, el servicio desinteresado, la compasión sin límites y la verdad que libera.
Amigo/a, la Navidad no solo nos recuerda Su nacimiento, sino el comienzo visible de la restauración de tu verdadera identidad. En ese niño envuelto en pañales, Dios te mostró no solo cuánto te ama, sino cuánto anhela que puedas crecer cada día a Su imagen y semejanza.
Hoy te invito a tener un momento a solas con Jesús. Pregúntale en oración:“Señor, ¿cómo me ves Tú?” Deja que Su respuesta restaure tu corazón, que Su amor te devuelva la seguridad de quién eres en Él y que, a partir de este momento, Su imagen brille nuevamente a través de tu vida.
✨ Que el reflejo de Cristo sea tu mayor adorno esta Navidad