Amigo/a, 🌤 Entra en la Realidad Divina
Ya estamos casi llegando al final de esta serie en la que estamos viendo este pasaje tan precioso y enriquecedor de las Escrituras.
Los versículos de hoy continúan diciendo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo” (Juan 1:14-15)
Fíjate qué precioso: Aquél que era la Palabra Creadora, el Verbo de Dios, se hizo hombre. No era un avatar, ni alguien que se hizo pasar por un hombre, sino que se hizo literalmente un hombre de carne y hueso.
Él es Emmanuel, “Dios con nosotros”, Aquél que vino como un bebé, y pasó por las mismas cosas que nosotros pasamos pero sin pecado, para así poder rescatarnos.
De hecho, la Biblia dice que Jesús, “siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6–8).
Imagínate lo que tiene que haber sido para Él dejar Su Gloria, y limitarse a sí mismo en el espacio y el tiempo a nuestra debilidad
Ese es el corazón de Dios por nosotros: siempre busca encontrarse con nosotros en nuestra realidad caída, para así poder transformarnos y llevarnos a Su realidad divina.
Es por eso que Jesús no dudó en venir y hacerse como uno de nosotros, porque podía ver ya el fruto glorioso que su vida iba a dar, así como la salvación eterna que recibiríamos por Su sacrificio. ¡Acaso no es precioso!
Amigo/a, Él quiere manifestarse más a tu vida en este día, para que puedas experimentar Su gloria, Su gracia y Su verdad como nunca antes. Y sí, es posible, porque Él ha venido como un hombre y experimentó todo esto, abriendo el camino así para nosotros (como los hermanos mayores hacen con los hermanos pequeños =)
Sí, que por la fe habite hoy Jesús en tu corazón, y que dirija tus pasos hacia todo lo que ya ha preparado para ti. Que Él sea el principio y el fin, el primero y el último, y que puedas experimentar Su gloria y Su Presencia en este día como nunca antes.