❤️ Entrégale tu corazón
Hace tiempo, un predicador invitado que teníamos en la iglesia nos hacía este desafío: nos desafiaba a cambiar la forma en que nos hacíamos la pregunta “¿Cómo estás?”. La realidad es que estamos tan acostumbrados a esta pregunta que se ha convertido en un formalismo, donde la respuesta obvia siempre es… “bien”.
Cuando la verdad es que no siempre estamos bien, este predicador nos desafiaba a cambiar la pregunta por: “¿Cómo está tu corazón?”. Porque es un poco más difícil contestar esa pregunta de manera superficial; es un poco más difícil responder con un simple “bien”.
Entonces, Amigo/a, ¿cómo está tu corazón hoy?
La siguiente parte de nuestra oración, el Shemá, tiene que ver con nuestro corazón. Con amar a Dios con todo nuestro corazón. Pero ¿qué significa esto?
En la Biblia, el corazón no solo es el lugar donde están nuestros sentimientos o emociones, sino también donde residen nuestros anhelos y deseos. El corazón es, en definitiva, el lugar donde se toman nuestras decisiones. Amar a Dios con todo el corazón, es estar dispuesto a renunciar a mis anhelos por los suyos, a cambiar mis deseos por los suyos, a dejar que él tome las decisiones, por amor.
Es como cierto pastor dijo; “amar a Dios con todo nuestro corazón implica que nuestro corazón se rompa por lo que rompe el corazón de Dios, y amar a Dios con todo nuestro corazón es amar las cosas que el corazón de Dios ama”.
Es como en mi relación con mi esposa. Desde el día que me casé, muchas de mis decisiones tienen que ver con cuidar su corazón, con hacer cosas que la hagan feliz, como ver películas románticas con ella, aunque no me gustan. También trato de evitar hacer cosas que pueden darle tristeza. Por amor a ella, pienso en lo que le gusta y tomo decisiones basadas en ese anhelo de verla feliz.
Y tú, ¿tomas tus decisiones con el deseo y el anhelo de hacer feliz a Dios? Esto es un poco de lo que significa amar a Dios con todo el corazón.
“Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.” Deuteronomio 6:4-5
