Amigo/a, 🧮 El principio de la abundancia
¿Has escuchado hablar del principio de la siembra y la cosecha? Últimamente he estado explorando este maravilloso principio y puedo asegurarte que cuando comienzas a ponerlo en práctica, transforma por completo tu perspectiva sobre el acto de dar. Ha cambiado la mía, y espero cambie la tuya también.
Dios es nuestro proveedor en todos los aspectos de la vida, ya sea físico, material o espiritual. Todo lo que tenemos proviene de Él; nada es por mérito propio.
Cuando comprendí esta verdad, cambió mi forma de dar. Comencé a ofrecer a Dios incluso un modesto porcentaje de todo lo que me había concedido, como expresión de gratitud. Fue entonces cuando empecé a experimentar no sólo una libertad financiera, sino también una profunda paz en el corazón.
De hecho, este principio se encuentra en 2da de Corintios 9:10 (RVR1960): “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia”. Aquí se describe a Dios como el proveedor tanto de las semillas como del pan, Él es quien te equipa con los recursos necesarios para sembrar y para satisfacer tus necesidades diarias.
Además, Dios no solo provee la semilla que necesitas para sembrar, sino que también la multiplica. ¿Qué significa esto? que cuando confías en Dios y siembras con fe, Él no solo te dará lo suficiente, sino que también aumentará tu capacidad para sembrar aún más. ¿No te parece esto maravilloso?
Amigo/a, sin duda, este principio refleja la fidelidad de Dios para con aquellos que confían en él.
¿Te gustaría comenzar a experimentar este principio en tu vida hoy? Te animo, a dar ese paso de fe, y comenzar a sembrar algo de todo lo que Dios te ha provisto.
Es mi oración, que Dios te siga prosperando en todas las áreas de tu vida.