Amigo/a, ❤️ El poder del Clamor
Hay momentos en los que necesitamos realmente clamar de lo más profundo de nuestro corazón, ¡incluso en voz alta!
Recuerdo que, hace más de 10 años, tuve la oportunidad de colaborar y formar parte de un evento especial para jóvenes que se hizo en la preciosa ciudad de Barcelona. Estaba pasando por un momento complicado desde el punto de vista espiritual: hacía ya varias semanas que me sentía atado en muchos aspectos, y no era capaz de sentir a Dios tan cerca. Es como si hubiese algo que me bloquease, pero no sabía realmente qué era.
El ambiente que se respiraba en ese evento era realmente vibrante: ver la fe y el corazón de las personas que colaboraban allí fue una gran fuente de ánimo y de renuevo para mí. Pero el momento que más me impactó fue la alabanza.
Mi corazón se abrió totalmente a Dios, mientras cantaba y oraba. Entonces algo especial ocurrió: como me encontraba cerca de los altavoces y el volumen de la música era realmente muy alto, me sentí con la confianza de saber que, hiciese lo que hiciese, nadie me escucharía.
Eso me animó a empezar a hacer algo que no había hecho nunca antes: empecé a gritar a Dios por ayuda. Recuerdo que en ese momento de alabanza, deseaba de todo corazón conectarme con Él, pero las cosas que te comenté antes eran como un lastre para mí. Entre lágrimas, empecé a gritar a Dios con todas mis fuerzas: “¡Ayúdame, Señor!”, “¡Lo siento por todos mis fallos!”, “¡Por favor, ayúdame..!”
Podía sentir que era un clamor que brotaba de lo más profundo de mi corazón, de lo más profundo de mi ser. Estuve así durante 10 minutos, hasta que sentí el gozo del Señor en mi vida. ¡Fue tan liberador! Realmente sentí algo romperse a nivel espiritual, y no solo para ese momento, sino que, a partir de ahí, las cosas fueron diferentes, y me fue mucho más fácil conectarme con Dios y seguir creciendo en Él =)
Amigo/a, Dios te invita en este día, diciéndote: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3). Si te sientes oprimido y no sabes qué hacer, ve a un sitio en el que puedas estar solo, y ¡clama a Él de lo más profundo de tu corazón, y, si puedes, hazlo en voz alta! Cuando clamas a Él, sin duda que Él te responde, porque Él desea ayudarte.
¡La oración es tan poderosa, y tan libertadora! Hoy voy a compartir el último vídeo de esta serie especial de vídeos que he preparado sobre el poder de la oración, y te daré acceso a una herramienta que va literalmente a transformar tu vida de oración. ¡Puedes hacer clic aquí para descubrirla!
Te llevo en mis oraciones y en mi corazón,