🥹 El poder de una palabra dicha con amor

Amigo/a, las palabras no solo informan, también forman.
Con lo que dices, estás formando corazones, identidades, caminos y destinos. Una palabra dicha en el momento correcto puede levantar a alguien que está a punto de rendirse, y una palabra negativa puede dejar una marca en el alma por años.
Recuerdo algo que pasó un par de años atrás cuando estaba sirviendo junto con un grupo de estudiantes. Uno de los estudiantes vio que un joven estaba solo en el parque y sintió que Dios le pedía acercarse a él.
Él obedeció a Dios, se acercó, le preguntó amablemente como estaba, y si estaba ocupado o le gustaría acompañarlo. Gracias a eso, el joven nos acompañó durante los siguientes días. En un momento, nos confesó que ese día, había estado pensando en quitarse la vida. Pero gracias a ese gesto de amor, esa palabra oportuna, decidió no hacerlo… Y lo que es aún mejor: expresó su deseo de conocer más a Dios.
¿Lo ves? Una palabra puede cambiarlo todo… Una vez más mira lo que dice Proverbios sobre la lengua: "La lengua que brinda alivio es árbol de vida …” (Proverbios 15:4, NVI)
Amigo/a, cada día puedes decidir hablar vida o hablar muerte, y no me entiendas mal, no se trata solo de hablar bonito o ser positivo todo el tiempo, sino de usar nuestras palabras como un canal del amor de Dios. ¡Tus palabras pueden ser una semilla de esperanza en tierra seca!
La realidad es que no podemos saber por lo que están pasando las personas, no puedes adivinar lo que está viviendo la persona enfrente de ti, en tu trabajo, escuela o aun en tu propia casa está pasando. Así que es mejor tomar la decisión día tras día de que nuestras palabras sean de bendición, de edificación, de vida. Que tu voz sea un reflejo del corazón de Dios y nunca subestimes el poder de una palabra dicha con amor.
Oramos juntos: “Dios, mi Padre celestial, hoy quiero pedir la ayuda de tu Espíritu Santo para que cada palabra que salga de mi boca sea la semilla que da vida a quienes me escuchan. Amén.”

