Amigo/a, 🕊 El Poder de la Paz de Dios
Una de las cosas más importantes en nuestro caminar con el Señor es la paz. Esa paz verdadera, profunda, que nace en lo más profundo de nuestro corazón, y que es tan esencial para tomar las decisiones correctas.
Uno de los pasajes que más grabados tengo en mi corazón es el de Filipenses 4, que nos indica que no tenemos que estar afanados ni preocupados por nada, sino que tenemos que echar nuestras cargas a los pies de Dios en oración.
Y la conclusión de este pasaje dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7)
¡Dios te llama a vivir en esa paz sobrenatural, que sobrepasa todo entendimiento! Y esa es la paz divina que experimentas cuando realmente eres capaz de echar tus ansiedades delante de Dios, de entregárselas de verdad a Él.
Sí, en la oración tiene siempre que haber un intercambio divino: tú echas tus ansiedades delante de Dios, y Él te inunda de Su Paz divina.
Pero para eso tienes que echarlas de verdad. Si la oración se convierte en un mero recordatorio a Dios de tu problema, eso no va a marcar ninguna diferencia. Tienes que realmente entregarle el problema, dejarlo de verdad en Sus manos por medio de la fe.
Cuando haces eso de todo corazón, sin duda alguna experimentarás la segunda parte del versículo: una paz que sobrepasa todo entendimiento te invadirá, y te ayudará a tener tus pensamientos y tu corazón guardados en Jesús, y en la fe en Su Nombre.
¡Me encanta que ese versículo diga que es una fe que “sobrepasa todo entendimiento”! Sí, es verdad, quizá con tu mente ves que todos tus problemas siguen ahí, y no parece que nada haya cambiado… pero en tu interior ya no eres el/la mismo/a: tienes esa Paz de Dios que te hace saber que ese problema está ahora en Sus manos, y que puedes estar tranquilo/a: Él hará algo, porque Él es más grande que lo que puedes ver.
Yo he experimentado esto cientos de veces a lo largo de los años, y no falla nunca: de hecho, ya no puedo vivir sin esa Paz divina. Siempre que hay un problema de cualquier tipo, hago rápidamente ese intercambio divino con Dios, e inmediatamente tengo de nuevo Su paz y Su gozo en mí.
Amigo/a, ¡experimenta hoy ese intercambio divino! Echa todos tus problemas a los pies de Jesús en este día, dáselos de verdad a Él, y experimenta esa Paz gloriosa que Él tiene preparada para ti. ¡Su Paz tiene tanto poder, y te trae tanta bendición!
Brilla hoy con Su luz,