Amigo/a, 🙉 El Poder de Dios borra las enemistades
Ya estamos llegando casi al final del análisis de esta preciosa historia de las Escrituras, y el episodio de hoy me parece sinceramente muy entrañable. Dice:
“Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían” (Daniel 3:26-27)
El enemigo ha creado un sistema implacable en este mundo, y nos lleva a estar metidos en nuestra propia burbuja de realidad. Criticamos a los demás, nos molestamos fácilmente, tenemos a veces reglas tajantes, miramos a los demás por encima del hombre…
Pero cuando hay una situación de vida o muerte, cuando hay una emergencia, ahí es cuando generalmente salimos de nuestras burbujas. Somos capaces de ver el valor que tiene la vida de las personas que nos rodean, y de alguna forma recordamos nuestra obligación de tratar de ayudar a los que nos rodean.
En este relato, todos estaban siguiendo lo que el sistema dictaba: el rey buscaba obediencia, y se indignó hasta la muerte cuando no la obtuvo. Los gobernadores se alinearon con su rey y criticaron y despreciaron a nuestros amigos judíos, mientras que los soldados ejecutaban sin pensar, como de costumbre, las órdenes del rey.
Pero cuando ocurrió ese milagro, el sistema enteró colapsó. El rey que antes les despreciaba empezó a hablarles con respeto y honor. Los gobernadores, consejeros y capitanes del rey que antes les criticaban, se acercaron con asombro para verles, rompiendo el protocolo. Los que antes intentaron matarles porque les veían como sus enemigos, ahora se acercaban amistosamente, confundidos, para tratar de entender lo que había ocurrido.
Cuando el poder de Dios se manifiesta y rompe los sistemas de este mundo, las personas empiezan a abrirse y a recordar lo que es verdaderamente importante en la vida. Y en esas situaciones, Dios alinea las cosas de nuevo como deberían ser.
Amigo/a, cuando Dios manifiesta Su poder en medio de tus pruebas, Él toca a las personas que te rodean, incluso a tus enemigos, para que puedan experimentar también un encuentro con Él.