• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • DE German
    • EN English
    • ES Spanish
    • FA Farsi
    • FR French
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • HU Hungarian
    • HY Armenian
    • ID Bahasa
    • IT Italian
    • JA Japanese
    • KO Korean
    • MG Malagasy
    • MM Burmese
    • NL Dutch
    • NL Flemish
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • RO Romanian
    • RU Russian
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
    • UK Ukrainian
    • UR Urdu
Fecha de publicación 1 de oct. de 2025

🌤️ El cielo te alcanzó a ti

Fecha de publicación 1 de oct. de 2025

Cuando Jesús enseñó a orar, comenzó con una frase que cambió todo: “Padre Nuestro que estás en los cielos”. No dijo “Dios lejano”, ni “Señor poderoso”, sino Padre. Y no dijo “mío”, sino "nuestro”. Desde el primer momento, nos invitó a orar como hijos que saben que le pertenecen.

Pero ese Padre que está “en los cielos” no habita solo en un trono lejano. Él decidió hacer de tu vida su morada. Si lo has recibido, su Espíritu vive en ti. Eso significa que no tienes que buscarlo afuera, ni gritar para que te escuche. Tu oración no es una carta enviada a lo alto. Es una conversación desde adentro. Dónde estás, Él está. Tú eres su morada.

Su Palabra dice “El que me ama obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.” (Juan 14:23)

Cuando entendí esto, la oración dejó de ser solo una práctica y se convirtió en una forma de vivir. Una conexión constante. Un diálogo íntimo. 

Ya no necesitas un lugar especial para orar, porque tu eres ese lugar. Tu vida entera puede ser una oración viva.

Quizás hoy necesites recordar que no estás solo, Amigo/a, que tienes un Padre que te ve, te escucha y te llama hijo/a. Dónde estás, Él está. Eres un templo vivo. Un espacio sagrado. Entender esto cambia tu forma de orar, porque ya no intentas alcanzar el cielo… porque el cielo te alcanzó a ti.

🧡 Mi oración por ti hoy: Que cada respiración te recuerde que no estás solo/a. Que quieras conocerlo más, hablar con Él, vivir en constante comunión todos los días de tu vida. Y que tu vida sea una casa de oración. Amén.

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.