🧪 El antídoto contra el miedo

¿Te ha invadido el miedo alguna vez? De repente comienzas a pensar en algo que te preocupa o tal vez no lo digas en voz alta, pero lo sientes: miedo al futuro, a la pérdida, al fracaso o al rechazo.
Yo he lidiado con el temor durante años, pero fue en esos momentos cuando más decidí buscar al Señor. Lo hice de todo corazón. Rendí mi vida, y cambié mis temores por fe. Elegí mirarlo a Él, contemplar su hermosura, su poder y su fidelidad… y entonces, algo maravilloso sucedió: mis temores comenzaron a disiparse.
En Salmos 34:4-5 (RVR1960) dice: “Busqué al Señor, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados.”
David vivió lo mismo. Él entendió que era profundamente amado por Dios. Y como un hijo que corre a los brazos de su padre cuando tiene miedo, lo buscó sin reservas. No confió en su fuerza ni en sus estrategias. Clamó al Señor, y Dios, como el Padre bueno que es, le respondió.
Amigo/a, tu Padre amoroso oye tu clamor. Él no está lejos, no es indiferente.
Cuando lo buscas con un corazón sincero,creyendo que te escucha, sin duda Él te responde.
Y no solo te oye, sino que te libra de todos tus temores. Algo sucede cuando fijas tu mirada en Dios: tus ojos se iluminan, tu corazón se llena de fe, y no quedas avergonzado. No hay decepción cuando pones tu esperanza en Él.
Amigo/a, hoy puedes elegir lo mismo: buscar al Señor, mirarlo a Él, confiar en que su luz puede disipar la oscuridad de tus pensamientos. La mirada puesta en Dios transforma el corazón. Y cuando el corazón cambia, los temores pierden su poder.

