🥳 ¿Donde encuentras verdadera satisfacción?
Saludos, mi querido amigo/a. En este inicio de semana, deseo que la paz de Dios llene tu vida y tu familia.
Esta semana quiero compartir contigo una lista de 7 declaraciones que Jesús hizo sobre sí mismo y su obra, además de invitarte a meditar sobre las implicaciones de esas declaraciones para nosotros, como sus seguidores y discípulos.
Amigo/a, déjame comenzar con estas preguntas: ¿Quién es Jesús para ti? ¿Por qué quieres encontrarte con Él? ¿Por qué lo buscas?
Cada una de las 7 declaraciones comienza con Jesús diciendo “Yo soy”. Hoy en día, para nosotros, estas palabras quizás no tengan el mismo impacto, pero para cada judío que las escuchaba en ese tiempo, sí lo tenían, lo que oían claramente era cómo Jesús declaraba ser: el mismo “Yo soy” que muchos años atrás le habló a Moisés desde una zarza ardiente.
Regresando a las dos preguntas que te hacía hace un momento, poder responder sinceramente a ambas es sumamente importante en nuestro caminar con Jesús. La primera declaración que quiero compartir contigo la hizo Jesús después de uno de sus milagros más famosos: la alimentación de los cinco mil.
Justo después de este milagro, una multitud comenzó a seguirlo, por lo que Jesús les hizo reflexionar sobre el hecho de que sólo lo seguían por los milagros que hacía a su favor. Básicamente Él les dijo: ustedes me siguen solo por los beneficios que pueden obtener de mi.
Esta exhortación fue tan fuerte que muchos le dieron la espalda, pero me encanta cómo Jesús les pregunta a sus discípulos si también quieren marcharse. Pedro responde de esta manera: ¿A quién iremos? Solo Tú tienes palabras de vida eterna.
Es en este contexto que Jesús declaró: “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:48).
Esta declaración debe ayudarnos a entender que solo en Jesús vamos a encontrar la satisfacción que va más allá de lo temporal. Solo en Él hay palabras de vida eterna, algo que va más allá de lo que esta vida puede ofrecernos. Solo Jesús puede darnos verdadera plenitud.
En esta tierra, nunca vamos a encontrar algo que nos llene por completo, porque fuimos creados para encontrar la verdadera satisfacción solo en Dios. No en lo que Dios puede darnos, sino en Él. Por eso Él no nos da el pan de vida, sino que Él es el pan de vida.
