Amigo/a, Dios valora tus dos blancas
¿Recuerdas la historia de la ofrenda de la viuda pobre?
Jesús estaba un día con sus discípulos en el templo de Jerusalén. Mientras observaba a la gente echando dinero para la ofrenda, vio cómo una viuda se acercaba al arca de las ofrendas y echaba dos moneditas de pequeño valor. En ese momento, Jesús levantó Su voz, y dijo: “En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos...” (Lucas 21:4).
Sí, Jesús no estaba centrado en la cantidad, sino en el corazón. Las personas que se habían acercado anteriormente a dar su ofrenda, habían dado una parte de lo que les sobraba, lo cual estaba bien ya de por sí.. pero esta mujer, sin casi apenas recursos, había dado un gran paso de fe. Al echar su ofrenda, estaba reconociendo:
- Que Dios era todo para ella
- Que se agarraba a Él
- Y que confiaba en Su provisión para su vida
Esa fe, ese corazón, llamó la atención de Jesús. Recuerdo, de hecho, una etapa de mi vida en la que, en medio de dificultades económicas, decidí empezar a ofrendar de manera constante. Las cuentas no salían en mi cabeza, pero realmente sentía en mi corazón que Dios me llamaba a hacerlo, y por fe, tras orar, empecé a dar aquellas cantidades de dinero que venían a mi corazón a diferentes ministerios cristianos. ¡Experimenté un gozo tan grande al hacerlo! ¡Fue tan liberador dar pasos de fe! Y lo mejor es que, poco a poco, puertas se fueron abriendo, y las cuentas fueron cuadrando.
Amigo/a, tu generosidad extravagante no pasa desapercibida para Dios. La Biblia dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7). ¡Dios ama cuando damos alegremente y con generosidad!
En estos días quiero invitarte a que consideres apoyar económicamente nuestro ministerio de Un Milagro Cada Día. No quiero que lo hagas mecánicamente ni por obligación, sino porque realmente Dios te lo esté poniendo en tu corazón. Si no ves claro el donar ahora, o si tienes otro ministerio o sitio en tu corazón al que donar, no te preocupes; pero si te gustaría donar a Un Milagro Cada Día y sientes en el fondo que Dios te está llamando a hacerlo, te invito a que no dejes que tu situación económica te frene. Sencillamente da un paso de fe, y da aquello que Dios ponga en tu corazón: ni más ni menos. ¡Te sentirás realmente bien, y sin duda no pasará desapercibido para Dios! Puedes hacer una donación si así lo deseas en este enlace.