Amigo/a, ¡Dios te ha bendecido!
En español, es típico escuchar la expresión “¡Que Dios te bendiga!”, sobre todo en el ámbito cristiano. ¡Seguro que la has escuchado miles de veces!
Cuando usamos esta expresión, estamos diciéndole a la otra persona: “Deseo que Dios te dé todo tipo de cosas buenas, que Él te proteja, te guíe, te dé paz y te multiplique en todas las áreas de tu vida”. Es precioso, ¿verdad? Todo eso es lo que va implícito en el concepto de “bendición”, pero va aún más allá.
Dios desea bendecirte. Es más, Él ya tiene Sus bendiciones listas, preparadas para tu vida. Esto es lo que dice la Biblia: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3). ¡Él ya te ha bendecido por medio de Jesucristo! Él derrama desde el Cielo todo tipo de bendiciones sobre tu vida cada día, tanto físicas como espirituales, y desea que puedas recibirlas, y que camines en ellas.
Amigo/a, no tienes que esperar la bendición: ¡la bendición es la que te está esperando a ti! Es tiempo de que empieces a dar pasos hacia ella. A lo largo de esta semana vamos a analizar diferentes claves que te ayudarán a experimentar la bendición de Dios de una manera más profunda y clara en tu vida. ¿Estás listo(a)?
Ora conmigo: “Señor, gracias porque me amas, y porque tienes todo tipo de bendiciones reservadas en el Cielo para mí, listas para ser derramadas sobre mi vida. Ayúdame a caminar de tal manera que te dé gloria en cada cosa que haga, y que tu bendición pueda fluir en mi vida sin ningún impedimento. ¡Que Tu Nombre sea levantado en mi vida, Dios mío! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”.