🙏🏻 Dios es suficiente
Hace poco, como familia, compramos un auto nuevo (bueno, nuevo para nosotros, porque en realidad es usado). Después de orar mucho y de ver la provisión y la guía de Dios en cada detalle, finalmente lo obtuvimos.Sin embargo, con vergüenza confieso que al poco tiempo me encontré viendo videos de autos mucho más nuevos e inalcanzables para mi realidad.
Mi esposa, percatándose de esto y con una sonrisa, me dijo: “Siempre buscando algo más, ¿eh?”
Y ¿sabes? Esto me hizo reflexionar. Porque es cierto: en lugar de quedarme contento y agradecido, ya estaba pensando en lo siguiente que desear.
Me di cuenta de que esta es la realidad humana: nos cuesta contentarnos con lo que Dios nos da, ya sea poco o mucho.Y allí se esconde una de las mentiras más poderosas del enemigo: la mentira de que Dios no es suficiente.
Desde el Edén, la serpiente engañó a Eva haciéndole creer que había algo mejor que obedecer a Dios y vivir bajo su cuidado. Y lo más triste es que hasta hoy esa mentira sigue funcionando.
Eso mismo le pasó a Israel.
Ellos clamaron a Dios en Egipto por libertad, y Dios respondió con poder: señales, maravillas, milagros. ¡Los liberó de la esclavitud!Pero al poco tiempo ya no podían ver su provisión como suficiente. Aunque cada mañana caía literalmente del cielo el maná, sus pensamientos estaban en… ¡las cebollas de Egipto! (Números 11:5)
¿Parece absurdo, no es cierto? Pero si lo piensas bien, tú y yo caemos en lo mismo cada día: creer que Dios no es suficiente, que lo que nos da no basta, y que lo que el mundo ofrece es “mejor”.
Mira lo que Dios le dijo a Moisés cuando envió el maná por primera vez: “Han llegado a mis oídos las murmuraciones de los israelitas. Diles que antes de que caiga la noche comerán carne, y que mañana por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.” (Éxodo 16:12, NVI)
El desierto fue la escuela donde Israel aprendió a depender del pan de cada día. Y en nuestro caminar, también debemos aprender que Cristo es suficiente.
Pablo lo expresó con claridad: “He aprendido a estar contento en cualquier situación.” (Filipenses 4:11)
Esta es una lección fundamental para sacar “Egipto” de nuestros corazones.
Amigo/a, con eso en mente, hoy quiero preguntarte: ¿Hay áreas en tu vida en las que has caído en la mentira de que Dios no es suficiente?
Oremos: “Señor, perdóname por las veces que he pensado que lo que Tú me das no es suficiente. Ayúdame a vivir agradecido, a depender de tu provisión diaria y a encontrar en Cristo mi verdadera satisfacción. Amén.”
