• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • DE German
    • EN English
    • ES Spanish
    • FR French
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • HU Hungarian
    • ID Bahasa
    • IT Italian
    • MG Malagasy
    • NL Dutch
    • NL Flemish
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
Fecha de publicación 9 de jun. de 2025

🤔 ¿De qué sirve?

Fecha de publicación 9 de jun. de 2025

Imagina que uno de tus amigos te dice que es chef profesional, pero siempre pide comida para llevar. Cuando vas a su casa, te das cuenta que no sabe ni como encender la hornalla, y para colmo, no tiene ni siquiera una sartén, ¿le creerías? Probablemente no, ¿por qué? Porque no hay evidencia de lo que dice ser.

Así pasa muchas veces con nuestra fe. Decimos: “Yo tengo fe”, pero debe ir acompañada de actos que la respalden: amor, servicio, generosidad, perdón, compasión. La fe auténtica no solo se proclama; se vive. Se ve en cada gesto, en cada elección, en cada día.

A veces creemos que tener fe es solo aceptar que Dios existe, asistir a la iglesia o hacer una oración cuando lo necesitamos. Pero mira lo que dice Santiago 2:14 (NTV) “Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien?”

Santiago nos confronta con una pregunta directa: si nuestra fe no se traduce en acciones, ¿de qué sirve?

En mi caminar con Jesús he comprendido que la verdadera fe, la que nace del encuentro con Él, inevitablemente produce fruto, transforma la manera de pensar y obrar.

Cuando tienes fe viva, eso se nota. Se nota en cómo tratas a los demás, en cómo respondes al dolor ajeno, en cómo eliges perdonar, ayudar y confiar aun cuando no es fácil. La fe verdadera no es pasiva. No es una creencia guardada para los momentos difíciles. Es una respuesta diaria, un estilo de vida, es el reflejo de un corazón transformado.

Amigo/a, Jesús no te llama a una religión de palabras, sino a una relación que cambia por completo tu manera de pensar, hablar y actuar. A lo largo de esta semana, vamos a reflexionar juntos sobre cómo es esa fe que no se queda en palabras. 

Te llevo en mis oraciones.

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.