🤔 ¿Cuál es tu por qué?
Hace algunos años, el autor Simon Sinek escribió un libro que rápidamente se convirtió en un bestseller. Este libro lleva el título de “Empieza por el por qué” . La premisa central de este libro es que lo más importante para una organización, empresa o líder, no es definir qué hace o cómo lo hace, sino por qué lo hace.
Al definir un propósito o una meta para fin de año, una de las cosas que más te ayudará a perseverar en cumplir o alcanzar esa meta, es saber por qué deseas alcanzarla.
Saber por qué quieres lograr tu propósito te mantiene motivado y te da fortaleza para seguir adelante cuando solo la fuerza de voluntad no te alcance. Como te mencioné antes, el motivo por el cual yo hago ejercicio es, por un lado, porque quiero servir a Dios tantos años como me sea posible. Pero también, por otro lado, tengo 37 años y un hijo que está por cumplir un año. Para cuando él tenga 15 años, yo tendré más de 50. Si quiero poder jugar con él cualquier deporte, tendré que mantenerme en buena condición física para hacerlo.
Esas dos razones son mi motivación para hacer ejercicio y lo que me ayuda a perseverar, incluso cuando naturalmente quisiera evitar la fatiga o el dolor muscular que viene después del ejercicio.
Por otro lado, recuerdo cuando estudié mi primera licenciatura en comercio exterior. La verdad es que no tenía un por qué claro para estudiar esa carrera, y aunque la terminó, nunca tuve verdadera pasión por ella. Solo la estudié porque me dijeron que con esa carrera podría conseguir un buen trabajo e ingresos.
Amigo/a, al pensar en este nuevo año y en las cosas que te gustaría lograr, en tus metas y propósitos, quiero animarte a pensar profundamente en el por qué detrás de tus metas. ¿Por qué te gustaría alcanzarlas? ¿Cuál es tu motivación? ¿Qué es lo que realmente te ayudará a lograrlas?
Me encanta cuando leo el Salmo 119:11 y veo tan claro el por qué de David. Él tenía muy claro cuál era su motivación para pasar tiempo en la palabra de Dios, para atesorar y guardar la palabra de Dios en su corazón. Mira lo que dice: “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti”
Y tú, ¿tienes claro tu por qué?
