Amigo/a, “¡cruci!” 🤞🏻
¿Solías jugar al “pilla pilla” cuando eras pequeño(a)? ¡Seguro que sí! Correr e intentar pillar a los demás es una de las cosas que más les gusta a hacer a los niños =)
Recuerdo que cuando jugaba de pequeño, teníamos una clave que todos respetábamos: el “cruci”. Cuando el que te perseguía estaba demasiado cerca y estabas a punto de ser pillado, podías gritar “cruci”, cruzando los dedos. En ese momento todo se paraba, y tenías unos segundos para recuperar tu aliento y pensar en cuál podría ser tu siguiente movimiento, antes de que la carrera se reanudase. El “cruci” era nuestro refugio cuando las cosas se ponían feas.
Mi querido(a) Amigo/a, a veces los problemas y las circunstancia de la vida nos persiguen, y necesitamos también esos momentos “cruci”. Pero, ¿sabes qué es lo mejor? ¡Que podemos tenerlos! Tenemos libertad para refugiarnos en cualquier momento en Dios, podemos parar y recuperar aliento y visión. En Él encontramos “sombra ante el calor abrasador, y refugio y protección de la tormenta y del aguacero” (Isaías 4:6, RVA).
¡Sí, Dios es un auténtico refugio para nuestras almas! A lo largo de esta semana voy a compartir contigo 7 claves para que puedas experimentar de una forma más real el refugio de Dios en tu día a día. ¿Estás listo(a)?
“Señor, gracias porque, en medio de la carrera de la vida, podemos siempre, en cualquier momento, invocar Tu Nombre, y ver cómo todo se para. En Ti nuestras almas encuentran descanso, aliento, visión y nuevas fuerzas. Te pido que esta realidad esté cada vez más presente en nuestras vidas, y que a lo largo de esta semana podamos grabarla a fuego en nuestros corazones. ¡Gracias por todo lo que estás haciendo en nuestras vidas! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”
Descansa en Dios en este día.