🍲 Un nutriente que no puede faltar
Amigo/a, ¿qué ocurre cuando descuidamos nuestra alimentación? Seguramente comenzaremos a perder energía, peso y, sobre todo, nutrientes. Como consecuencia, te encuentras sin la suficiente fuerza para afrontar los desafíos diarios. Lo mismo sucede cuando no nos alimentamos con la Palabra de Dios.
El alimento diario es necesario para crecer y mantenernos físicamente, de igual modo, como creyentes necesitamos de la Palabra de Dios para fortalecer la fe y alcanzar la plenitud en Cristo.
Si descuidamos nutrir la vida espiritual con la palabra de Dios, nos debilitamos. Pasar tiempo conociendo sus verdades ha sido fundamental en mi fe, ¡me ha ayudado en gran manera!
Pedro nos exhorta en 1 de Pedro 2:2 (RVR1960): “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.” Esta imagen nos recuerda la intensidad y la urgencia con la que debemos buscar el alimento espiritual. Así como un bebé depende completamente de la leche para su crecimiento y salud, así debes depender de su Palabra.
Al alimentarte con las verdades de Dios, experimentarás un crecimiento espiritual que te conducirá a una relación más íntima con Cristo. Esto te equipará para vivir una vida arraigada en la fe, y entonces comenzarás a fortalecer tu fe, reflejar su amor y gracia de manera tangible.
Amigo/a, ¿cómo puedes buscar y consumir esta leche espiritual? A través de la lectura diaria de la Biblia, la oración y la meditación en la Escritura. Es importante que junto al conocimiento bíblico busques también su aplicación práctica en tu vida diaria.
Oremos juntos: “Señor Jesús, despierta en mí el deseo de conocer y leer la Palabra de Dios, que este sea tan intenso como el hambre de un bebé por la leche materna, y que pueda buscar continuamente su nutrición, para mi crecimiento espiritual. En tu nombre Jesús. Amén”
¡Que no te falte hoy este nutriente vital!
