Amigo/a, 🛠️ Corrige lo que todavía no está bien
Ya estamos casi llegando al final de esta serie, en la que hemos analizado el impacto tan grande que tiene la diligencia en nuestras vidas, sobre todo cuando la aplicamos en ciertos aspectos esenciales de nuestro día a día.
Mira lo que dice el apóstol Pedro en este pasaje de la Biblia: “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3:14)
Y algo similar dice también el Apóstol Pablo en su Carta a Timoteo, cuando le escribe: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
En ambos pasajes, hay un llamado a ser diligentes para hacer lo correcto, para no tener manchas, para ser aprobados…
Cuando tenemos cosas ocultas, o hacemos cosas dudosas que nos son del todo buenas, nos metemos poco a poco y sin darnos cuenta en la boca del lobo. Ese tipo de situaciones o de cosas se convierten en trampas para nuestra alma, que nos impiden ser realmente libres, y experimentar la bendición de Dios plena en nosotros.
Sin embargo, cuando estamos totalmente limpios en todo, cuando no hay cosas ocultas que nos opriman ni cosas del pasado que nos atormenten, ¡la sensación de libertad y de bendición es tan grande!
Es por eso también que somos llamados a ser muy diligentes a la hora de analizar que no haya cosas de las que avergonzarnos en nuestra vida, sino a caminar de manera irreprochable delante de Él, sin mancha, sin apariencias, con paz, con libertad…
Amigo/a, ¡Dios quiere que seas realmente libre, y que experimentes Su bendición plena! Y para eso, tenemos que liberarnos de las cosas del pasado que nos persiguen y que tratan de hundirnos, y hacer las cosas como Él quiere.
Es por ese motivo que quiero animarte a que analices tu vida en estos instantes. ¿Hay cosas que todavía te traen confusión y que todavía no has terminado de arreglar? ¿Hay decisiones que estás tomando incluso a día de hoy que no son las más sabias, y que te llevan a seguir manteniendo patrones del pasado que te hunden y te roban la bendición?
Te animo a que des un paso firme que te permita corregir esas situaciones, con la ayuda del Señor. ¡Te sentirás tan bien y tan ligero cuando seas libre de todas esas cosas, y tu vida esté plenamente alineada a la voluntad de Dios!
Te llevo en mis oraciones y en mi corazón,