Amigo/a, 📖 ¡Confiesa Su Palabra!
A lo largo de esta semana hemos hablado acerca del poder de las palabras. Hoy me gustaría terminar hablando de la palabra más poderosa del universo: la Palabra de Dios.
¿Alguna vez al pasar por situaciones difíciles te has aferrado a las promesas de Dios que aparecen en las Escrituras? Yo lo he hecho en infinidad de ocasiones a lo largo de estos años, y en todas ellas he podido experimentar la obra de Dios en mi vida a través de Su Palabra.
Una de las promesas que más he experimentado cuando he tenido problemas es esta: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6–7). Cada vez que paso por un problema:
- se lo entrego a Dios en oración,
- empiezo a darle gracias por lo que va a hacer,
- y como consecuencia, siempre recibo esa paz preciosa, como promete este pasaje.
¡Es tan precioso! Jesús dice: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7). Sí, cuando tu corazón está lleno de la Palabra de Dios y tus labios declaran y confiesan Sus promesas para tu vida, la respuesta de Dios está en camino.
¡Amigo/a, hay milagros esperando por ti! Que tus palabras estén llenas de Sus palabras, y de gratitud por lo que va a hacer en tu vida.