Amigo/a, 🕒 ¡ConfÃa en los tiempos de Dios!
Llegamos ya al final de esta serie que habla sobre este tema tan especial de la Visión. Vamos a completar el versículo de la semana, que dice: “Escribe la visión y grábala en tablas, para que corra el que la lea. Porque es aún visión para el tiempo señalado; se apresura hacia el fin y no defraudará. Aunque tarde, espérala; porque ciertamente vendrá, no tardará” (Habacuc 2:2-3, LBLA).
Es muy interesante porque la parte final del versículo parece contradictoria: por un lado nos dice que la visión puede tardar en cumplirse, y nos anima en ese caso a esperarla. Pero, al final del versículo dice que ciertamente no tardará.
¿En qué quedamos, entonces? ¿Tarda o no tarda? Pues la respuesta es ambas: tarda, y no tarda.
Por un lado, desde nuestra perspectiva humana, podemos tener la sensación de que las cosas están tardando demasiado en tener lugar… Nos impacientamos, porque nos gustaría estar ya en la meta y disfrutar del cumplimiento de la visión.
Pero, por otro lado, nuestros tiempos están en la mano de Dios, y aunque parezca que las cosas se están retrasando de acuerdo a nuestros planes, en realidad está pasando todo de acuerdo al perfecto plan de Dios, y en Su tiempo divino.
Esto me ha pasado muchas veces en la vida: momentos en los que pensaba que estaba super retrasado con ciertas cosas, para luego darme cuenta en oración de que todo estaba ocurriendo en el momento perfecto.
Es cierto que si nos desviamos de los planes y de la voluntad de Dios, ahí sí que podemos experimentar retrasos que no eran según el plan de Dios, y que tendrán consecuencias negativas. Pero mientras le busques de todo corazón en el día a día y estés dispuesto a seguirle, no tienes de qué temer.
Amigo/a, ¡confía en los tiempos de Dios! Son realmente perfectos, mucho mejores de los que tú o yo podamos imaginar.