Amigo/a, ❤️ boca y corazón
A través del Salmo 19, hemos seguido el recorrido de una vida totalmente entregada a Dios. Empezamos hablando de la inspiración que la creación produce en nosotros, y terminamos hablando de nuestro deseo por obedecer a Dios en todo, y de no hacer nada que le desagrade, ni siquiera por ignorancia.
El rey David concluye este salmo diciendo: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Salmo 19:14).
Este es uno de mis pasajes favoritos de las Escrituras. ¡Muestra una apertura tan grande de corazón hacia Dios! Ese deseo de ser agradable a Dios aún en el más mínimo detalle es sencillamente precioso.
La boca y la mente son dos de las áreas que más nos cuesta controlar a las personas, y en las que más frecuentemente caemos. Es fácil dar rienda suelta a nuestra lengua y a nuestros pensamientos, sin darnos cuenta de que podemos estar dañando a otras personas, y desagradando a Dios.
Sí, nuestras palabras y pensamientos tienen un gran impacto en la manera en la que vivimos, y nos afectan directamente, ya sea para bien o para mal. Es por eso que es tan sabio el buscar ser fieles en cada uno de ellos, y agradar con ellos a Dios.
Amigo/a, que tus palabras y pensamientos reflejen la gloria de Dios. Te invito a que en este día te propongas ser más consciente de las palabras que salen de tu boca, así como de los pensamientos que rondan por tu cabeza. Analízalos, y aquellos que no sean conforme al corazón de Dios, ¡proponte echarlos fuera de ti! Verás el impacto tan positivo que esto tiene en tu vida ;)
Te llevo en mi corazón,